En realidad, » Un Actor a la Deriva», es el título de un libro maravilloso que he leído por tercera vez. Recomendable y obligado para el actor que anda en la búsqueda del sentido personal de vida, así como una llave que abre puertas de existencia, para así entender muchos secretos de este girar de la realidad. El libro comunica mensajes llenos de luz para aquel actor que busca conectar con la espiritualidad. El autor es Yoshi Oida. Histrión japonés quien ha pertenecido por muchos años a la compañía teatral del gran director teatral y cinematográfico Peter Brook. El libro es un sacudimiento, es una purificación, una liberación, es un espejo personal muchas veces.Yoshi Oida profundizó mucho su vida espiritual, el preguntarse cuestiones de vida, el confrontarse con su mundo y las circunstancias que lo rodeaban, todo con la idea de ser un mejor ser humano y actor. Todo lo que vivía era con el fin de comunicar fundamentos de vida a si mismo y por ende al público. Esta búsqueda lo llevaba a sentirse muchas veces a la deriva. De ciudad en ciudad, su casa era una maleta. Libro que invita al actor a ser un verdadero transmisor de conocimiento, a ser un espejo de la naturaleza humana y de la vida en todas sus facetas. A buscar ser auténtico. A encontrar un sentido de la realidad para comunicar plenitud, razones de existir al espectador. Yoshi dice algo maravilloso: el público tiene que ser uno cuando entra al teatro y otro cuando sale. Una experiencia contundente de imaginación, de sensaciones, de razones que deben transformarlo. El autor es un actor y director que ha investigado y realizado lo que el llama: «teatro invisible». Una experiencia para el actor y público que pretende ir más allá, para el que intente descubrir los secretos metafísicos de la vida, un teatro que comunique con los sentidos, por medio del cuerpo, de un lenguaje oral distinto que todo el espectador de todos los lugares del mundo comprenda, sugerir un discurso teatral, un mensaje, para que el público entienda y complemente el espectáculo con su imaginación y su sensibilidad. La lectura del libro no es sólo para gente de teatro o de cine o del arte, el ser humano en general puede vivir una experiencia fabulosa porque este ejemplar literario lleva al mundo que muchos buscamos, una vida de plenitud, de verdad, de lucha por un sueño, de encuentro real con el alma de los hombres, para saber en resumidas cuentas para qué estamos aquí. Leerlo es viajar a la deriva, sin ataduras, es un encuentro con tu alma, tu imaginación, tus sueños y tus emociones. Con la plenitud de vivir la real abundancia. Ediciones «El Milagro», Yoshi Oida «»Un Actor a la Deriva».
Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan.
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