A los periodistas en alguna época se les conocía como “El Cuarto Poder”, y esto viene como un antecedente de grandes periodistas que han existido en sus diversos géneros de escritura, siendo los ojos, los oídos y la voz del acontecer diario. Víctor Hugo, Balzac, Octavio Paz, Pablo Neruda, Carlos Fuentes, Alejo Carpentier, fueron grandes periodistas a la par de su ejercicio literario.
Para el periodista en cualquier latitud su trabajo es ir tras la noticia, su arte es escribir a un público abierto, es decir, redacta una noticia, artículo, columna, ensayo, crónica, en fin.
El periodista se define por su habilidad basada en su conocimiento, práctica diaria y experiencia, por ejemplo, al hacer una buena entrevista e incluso una editorial. Es el cronista de los acontecimientos actuales, sin ellos la historia de los pueblos no se conocería de primera mano.
Sin embargo, los tiempos han cambiado, corren vertiginosamente, y la noticia también, trayendo al informador de allá para acá.
La forma de hacer o decir que se hace periodismo ha cambiado, hoy comúnmente es por medio de un teclado de teléfono o computadora, dejando a lado la pluma y la máquina. Pero algo es cierto: el oficio nunca se pierde.
Hoy es una imagen, un video en redes sociales, lo que describe un hecho y con ello se va dejando de lado la interpretación y el análisis profesional del pensamiento y criterio del periodista, quien se conocía por su estilo de dilucidar los hechos a través de sus palabras. Hoy es más fácil compartir un boletín oficial que escribirlo y es más fácil grabar un evento político que interpretar el suceso desde la redacción. Y debemos aclarar que las herramientas son parte de su labor, pero no su esencia, sus cualidades, su verdadero oficio.
La Libertad de expresión del periodista está detrás de cámara, detrás de la imagen, en su entrevista, detrás de su análisis con imparcialidad y su profesionalismo lo demuestra a través de su lenguaje y sus textos, siendo ahí donde gravita su verdadera vocación y por lo tanto la libertad de expresión que merece. Es decir, el respeto a su libre profesión que lo convierte en el “Cuarto Poder”.
Pero eso se gana con los años, con una cultura asimilada, con la talacha diaria, no con tener el mejor equipo, no con “grabar bonito”. Un periodista no es aquél que escribe una nota cuando tiene tiempo o ganas de elaborarla. Es todo un oficio, es una entrega de toda la vida, como es quien se dedica a la pintura, a la música, ¡al arte!
3 de mayo de 2021. ¡Feliz Día Mundial de la Libertad de Prensa!
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