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CDMX.- Cartel rescatado en internet que nos permite entender la magnitud de la caída de nuestro rock en la década de los setenta. Disqueras importantes, prensa, radio y TV detrás de la organización y montaje de este espectáculo en el Auditorio Nacional en 1966. Grupos y cantantes sobresalientes que gozaban de buena salud artística, respaldo de los medios y sobre todo, respeto y credibilidad. El rock en México apuntaba a las metas más altas mientras en España y Argentina estaban a la zaga, ya no se diga Sudamérica. Tan solo dos años después empezaría la debacle no solo de nuestro rock sino del país en general como resultado del despertar social que se generó por el movimiento estudiantil de 1968 y que el gobierno (el PRI obviamente), decidió detener a toda costa porque afectaba sus privilegios. El Festival de Avándaro no fue la causa de que el Rock Mexicano haya sido vetado por el gobierno, eso ya venían haciéndolo desde la administración de Ernesto P. Uruchurtu, solo fue el pretexto a modo que se ha manipulado perversamente desde entonces y que lamentablemente hasta algunos músicos contemporáneos lo ratifican. Curiosamente esos mismos músicos son los que por una u otra causa no participaron en Avándaro. En 1971 el Rock Mexicano estaba en el pináculo de su evolución, atrás habían quedado el Go Go y la etapa de los covers y las bandas entregaban un arsenal de composiciones inteligentes dentro de un marco musical de muy alto nivel producto de esa evolución que anticipaba una siguiente etapa de mayor trascendencia artística a nivel mundial. Pero por órdenes de Gobernación las puertas se cerraron, se inició la destrucción sistemática de la infraestructura existente y la desaparición de testimonios como las filmaciones de Avándaro y otras obras incómodas. A los grupos se les negaron los espacios para trabajar e inevitablemente eso llevó a su desaparición al paso de los siguientes años. A finales de la década de los ochenta, ya con el control total de los medios, Televisa, el aliado de Gobernación en todas sus fechorías, se encargó de poner el último clavo en el ataúd del Rock Mexicano con su campaña «Rock en tu Idioma» que no fue otra cosa más que usufructuar para su beneficio todo el esfuerzo que realizaron los grupos de rock hasta mediados de los setenta. Algunos de esos grupos continuaban activos de alguna manera cuando se dio el espejismo de esa supuesta reapertura mediática gracias a tal campaña que alardeaba de su apoyo al Rock Mexicano lo cual fue una burla para esos grupos y músicos sobrevivientes porque para ellos las puertas continuaron cerradas, solamente participaban los grupos fabricados por Televisa o bien aquellos que se adaptaban a sus lineamientos. Si bien hubo destellos esperanzadores entre los grupos de esa etapa, la norma fue retroceder veinte años en la propuesta, regresar a las letras ñoñas y agrupaciones cómicas para tener un espacio en los medios y ahora si, convertirse en estrellas de rock. Y mientras tanto se le abrieron las puertas a los grupos argentinos y españoles lo cual no tiene nada de malo (aunque algunos eran bastante chafas), lo malo es que le cerraron esas mismas puertas a los de casa, a los que si se preocupaban por hacer buen rock. Por eso la aparición de este cartel mueve a la reflexión. En su momento parecía que nuestro rock iba por buen camino, hasta la etapa de la Onda Chicana y su inercia. Debe quedar claro que los músicos no son los causantes de la desaparición de esta expresión en los medios de ese entonces. Los verdaderos responsables están en las oficinas de Gobernación y del SUTM, en Los Pinos (estaban) y en Televisa. Intentaron desaparecer la escena y peor aún, prostituirla y lo lograron parcialmente, era inevitable. Y sin embargo aquí seguimos, conscientes de nuestro papel histórico y aún comprometidos con los ideales en los que creíamos en nuestra adolescencia que nos llevaron a tomar la decisión de dedicar nuestras vidas a la música de rock. Nos quitaron las fuentes de trabajo, la prensa, la TV, la radio y nos lincharon mediáticamente para desparecernos. Y no lo lograron. Nuestras convicciones jamás lograron quitárnoslas y pase lo que pase continuaremos haciendo lo que mejor sabemos hacer hasta que partamos al Mictlán y las siguientes generaciones continúen adelante enriqueciendo la saga del Rock Mexicano a pesar de los traidores. / Víctor Moreno, músico.
Cartel, archivo José Peña.
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