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17 de octubre, en el LXVII aniversario del “Sufragio Femenino en México”

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17 de octubre, en el LXVII aniversario del “Sufragio Femenino en México”

* Reconocer el sufragio femenino costó más de un siglo de lucha y hoy en día las mujeres seguimos siendo restringidas constitucionalmente. Hay muchos pendientes por atender para garantizar sus derechos.

Del 13 al 16 de enero de 1916, ante un foro de 617 congresistas, se celebró en Mérida, Yucatán, el “Primer Congreso Feminista”, y en esa misma sede, del 23 de noviembre al 2 de diciembre de 1916, también se celebraría el “Segundo Congreso Feminista”.
Los resultados de dichos congresos fueron muy transcendentales para mejorar la condición social que sufrían las mujeres, al señalar la discriminación de que eran objeto, por estas circunstancias se proponía su derecho a votar y ser votada y del mismo modo formular leyes que garantizaran estas resoluciones.
El 16 de enero de 1917, Hermila Galindo Acosta, encabezando un grupo mujeres y apoyándose en la tesis liberal de “la igualdad de los derechos individuales, frente al poder político”, presentó al Congreso Constituyente de Querétaro una propuesta a fin de que en la nueva Carta Constitucional se incluyeran los derechos políticos de las mujeres. No obstante, el voto femenino nunca estuvo en la agenda de los legisladores.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se decretó el 5 de febrero de 1917. El artículo 34 constitucional que normaría a los “ciudadanos” quedó el 23 de enero de 1917 no se reformó; y por lo tanto, su contenido legislativo era el mismo de la constitución de 1857, decía:
“Son ciudadanos de la República todos los que teniendo la calidad de mexicanos reúnan además los siguientes requisitos: haber cumplido 18 años si son casados o 21, si no lo son y tener un modo honesto de vivir”.
El artículo no especificaba como ciudadanos y ciudadanas a hombres y mujeres, y quienes tenían derecho de votar ya que el vocablo era genérico. Sin embargo, en los hechos se excluyó a las mujeres.
En tal virtud, después de aprobada la Carta Magna, se convocó a las primeras elecciones, efectuadas el 11 de marzo de 1917. Hermila Galindo Acosta, participó en la contienda representando al Distrito Electoral V, de la ciudad de México. Bajo el argumento de que la constitución no priva a la mujer de votar en las elecciones, al no especificar hombres o mujeres, sino tan solo “ciudadanos” en forma genérica y por este argumento las mujeres también podrían participar.
Así con el lema: “Constitución y Reformas”, Hermila Galindo siendo candidata a diputada llevó a cabo su campaña, y aunque no ganó, fue claro que sólo quería llamar la atención y dejar en entendido que las mujeres tenían el mismo derecho que los hombres. Siendo la primera vez que en nuestro país una mujer contendió por un cargo de elección electoral.
Otro antecedente se dio en 1924, cuando el gobernador de Yucatán, Felipe Carrillo Puerto, reconoció el derecho de las mujeres a participar en las elecciones municipales y estatales, donde salieron electas: Elvia Carrillo Puerto, Beatriz Peniche Barrera y Raquel Dzib Cicero.
1937, se dio otro intento, año en que se dieron las primeras candidaturas independientes en la historia electoral mexicana. Así, en Guanajuato, Soledad Orozco para una diputación local por León y para la renovación de diputados al Congreso de la Unión; mientras que la maestra originaria de Taretan, María del Refugio García, fue candidata a la diputación federal por el distrito de Uruapan, Michoacán. Aunque esta última gano la elección, no se le reconoció, por lo realizó una huelga de hambre hasta que el presidente de la república Lázaro Cárdenas se comprometió a cumplir la promesa de campaña de una reforma constitucional que diera el derecho al voto a la mujer mexicana.
Hacia 1937, Cárdenas envió una iniciativa de reforma al artículo 34 constitucional, que permitiría votar a las mujeres. La iniciativa fue aprobada por ambas cámaras y por las legislaturas de los estados; pero la declaratoria para su vigencia nunca concluyó ya que se argumentó que el voto de las mujeres podría verse influenciado por la religión.
Diez años después, el 12 de febrero de 1947, durante la presidencia de Miguel Alemán, fue reconoció a nivel municipal el derecho de las mujeres a votar y ser votadas, a través del Decreto de adición al artículo 115 de la Constitución, quedando establecido que: “en las elecciones municipales participarán las mujeres, en igualdad de condición que los varones, con el derecho de votar y ser votadas”. Decreto que aparece publicado en el Diario Oficial fecha 17 de febrero de 1947.
Esta reforma significó un gran antecedente para la reforma constitucional al artículo 41, misma que se dio el 17 de octubre de 1953, siendo presidente de México Adolfo Ruiz Cortines, donde se otorgarían los mismos derechos de votar y ser candidatas en las elecciones, pero ya a nivel federal.
El 7 de septiembre de 1954 como resultado de las elecciones extraordinarias verificadas el 4 de julio de 1954 Aurora Jiménez de Palacios, se convierte en la primera diputada federal institucional por el estado de Baja California.
Por fin, para el 3 de julio de 1955, la primera contienda electoral donde participan las mujeres y acuden a las urnas a emitir su voto para elegir diputados federales, se registraron 20 mujeres de las 365 candidaturas a diputadas federales de las cuales fueron electas para la 43 XLIII legislatura: Marcelina Galindo Arce (Chiapas); María Guadalupe Urzúa Flores (Jalisco); Remedios Albertina Ezeta Uribe (Estado de México), y Margarita García Flores (Nuevo León).
Nueve años posteriores, en las elecciones del 5 de julio de 1964, las candidatas: la galena Alicia Arellano Tapia, del estado de Sonora; y la abogada, María Lavalle Urbina, del estado de Campeche, fueron las dos primeras mujeres que llegaron a ocupar un escaño en el Senado de la República, como integrantes de la Cámara Alta.
26 años más tarde de haberse aprobarse el voto femenino, el 1° de julio de 1979 surge la primera gobernadora en la historia contemporánea de México: Griselda Álvarez Ponce de León, por el estado de Colima. Años más, tarde siguieron Beatriz Paredes Rangel, en Tlaxcala; Dulce María Sauri Riancho, en Yucatán; Rosario Robles Berlanga, en el D.F.; Amalia García Medina, en Zacatecas; Ivonne Ortega Pacheco, en Yucatán; Claudia Pavlovich Arellano, en Sonora; Martha Erika Alonso Hidalgo, en Puebla; y hoy día, Claudia Sheinbaum Pardo, en la Ciudad de México. En este contexto, hasta la fecha sólo 9 mujeres han llegado a las gubernaturas de los estados y únicamente dos mujeres gobiernan actualmente una entidad federativa en México: Sonora y la Ciudad de México.
Hoy 17 de octubre de 2020, a 67 años de aquél 17 de octubre de 1953 en que se publicó en el Diario Oficial de la Federación la reforma constitucional al artículo en que las mujeres adquirimos el derecho político fundamental de votar y ser electas a los cargos públicos, son innegables los avances en torno a la igualdad en derechos políticos entre hombres y mujeres; sin embargo, aún faltan desafíos por superar, ya que, por ejemplo, sólo 9 mujeres han logrado ser gobernadoras, 21 secretarias de Estado. Actualmente hay 533 presidentas municipales, en los 31 estados del país y cuatro alcaldesas en la Ciudad de México, todas surgidas de un proceso electoral democrático.
En las elecciones del 1 de julio de 2018, participaron 46,884 como candidatas a diferentes cargos de elección popular, de las cuales 241 fueron electas como diputadas federales y 63 senadoras, para la LXIV Legislatura del Congreso de la Unión de México.
6 de junio de 2019, se reformaron los artículos 2, 4, 35, 41, 52, 53, 56, 94 y 115 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de paridad entre género. Paridad en todo: 50% mujeres y 50% hombres.
Sin duda, se ha avanzado y el esfuerzo que ha transcurrido durante todo este tiempo permitirá que la igualdad, equidad y los mismos derechos que tienen los hombres sean de las mujeres. Esto sin duda refleja el gran avance que ha obtenido tal sector de la sociedad a lo largo de los años, pero falta mucho por hacer.
Agregar que las mujeres del siglo pasado, abrieron el camino para que las mujeres mexicanas de hoy demostraran su talento y desarrollaran su potencial; rompieron prejuicios y abrieron senderos; no obstante, hay mucho camino por recorrer para incrementar la participación. Nos toca a las mexicanas del siglo XXI conquistar mayores espacios con inteligencia, profesionalismo, respeto y tolerancia.
El pasado 15 de octubre, en Sesión Solemne con motivo del XLVII Aniversario del Sufragio Femenino en México, en este sentido el diputado Benjamín Robles Montoya, del Partido del Trabajo, resaltó que en pleno siglo XXI no se ha avanzado mucho en erradicar las visiones arcaicas. “nos enorgullecemos de las reformas que en esta Legislatura hemos llevado a cabo para establecer la paridad de género y garantizar la participación política libre de violencia en razón de género”, pero eso también es reflejo del rezago en que “nos encontramos en el respeto a los derechos de las mujeres”.
Ya que para el legislador petista la tarea es hacer valer la reforma político-electoral que da sustento a la paridad total para el avance de las mexicanas y garantizar el acceso a la participación electoral.
Lo avances siguen, el diputado recordó en este tenor que en el pasado la Cámara había aprobado el derecho a la movilidad y, por ello, la legislatura a la que pertenece “puede imaginar, diseñar e incorporar también el derecho al cuidado que dé pie, en un futuro cercano, al sistema de cuidados que demanda la sociedad y, en especial, las mujeres”.
En dicho contexto no podía dejar de participar la actual presidenta de la Cámara de Diputados, Dulce María Sauri Riancho, quien expresó que esta conmemoración debe ser compromiso de lucha para reconocer y atender las diferencias y desventajas que viven millones de mujeres y niñas, fundamentalmente en esta crisis sanitaria y económica que sufre la sociedad mexicana.
La legisladora indicó que sin legisladoras los avances en materia de paridad hubieran sido imposibles de imaginar y menos traducirlos en normas que recogieran las legítimas demandas de ejercicio pleno de los derechos humanos de las mujeres.
Por ello, reflexionó que demandan iguales oportunidades, “exigen resultados de las políticas y de los programas que aspiran a poner los medios para ejercer derechos al trabajo, a la educación, a la salud, a la participación económica, a la igualdad salarial”.
“a las jóvenes mujeres de la tercera década del Siglo XXI, el pasado no las compromete más que a luchar por su propio futuro; no les basta la construcción de un entramado jurídico que establezca derechos, sino que demandan con furia arrancar de raíz la violencia que las afecta, simplemente por su condición de género”, enfatizó en tal Sesión Solemne.
“Ese es el mejor homenaje para quienes hicieron posible que las voces se escuchen en este Recinto, que nuestras decisiones cuenten y contribuyan a conducir el rumbo de México”, concluyó ese día, Sauri Riancho.
Así, poco a poco se han venido edificando los cimientos que algún día se podrán ver consolidados para el bien de la sociedad mexicana, principalment6e en materia de equidad de género; y el pleno derecho y garantías constitucionales que debe gozar la mujer en la vida moderna.

LAURA E. RAMOS CHAVEZ

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