De «Loco» no tenía absolutamente nada. Fue un Hombre que vivió su vida al tope: a su gusto y a sus anchas. Artista sublime creador de un estilo único e imitado en el mundo hasta el cansancio, detrás de ésa cara de Loco había Un Hombre de sensibilidad e inteligencia muy especiales. Un Hombre como ya quisiéramos ser muchos.
Descansa en paz, amado Loco Valdés.
Gracias no sólo por tus años de carcajadas. Gracias por tus años de Sabiduría. / Leopoldo Laborde, cineasta.
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