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Víctor Manuel Manríquez, la trayectoria de un político de cepa uruapense

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Uruapan, Mich.- Sin duda alguna que Víctor Manuel Manríquez González al asumir el reto de gobernar un municipio tan importante, pero tan complejo como es Uruapan, estaba consciente de los retos que habría que asumir una vez siendo el ejecutivo municipal, y en ese panorama a través de su administración demostró capacidad de liderazgo, inteligencia y lucidez para poder resolver los problemas cotidianos que un gobierno enfrenta en los diferentes sectores y rubros.

Su primer periodo de gobierno, de 2015-2018, alcanzó substanciales avances en obras y servicios, entregó mejoras urbanas y de infraestructura; sociales, de asistencia, de turismo, en fin; la constancia se encuentra abiertamente en los informes de gobierno que plasmaron los avances específicos del “Municipio del Proceso”, los cuales se pueden consultar ahora con facilidad; aunque también es necesario decirlo se registraron notables problemas ambientales y de inseguridad que incidieron en el ejercicio de su administración, y ello se debe al contexto tan complejo que priva en este tenor, no sólo en Michoacán, al contrario, que se ha difundido preocupantemente en toda la República, y que Uruapan por su situación geográfica es un sitio estratégico para este tipo de hechos tan desafortunados.
No obstante, tal trienio le representó una amplia popularidad al joven de ideología perredista, que alcanzó a ser un protagonista de la política estatal, inclusive como líder de los alcaldes del sol azteca de Michoacán. Y más que nada por su ímpetu, constancia y tenacidad, por esa chispa y esas ganas de trabajar y hacer grandes cosas para el beneficio del municipio bajo el ejercicio político; a sabiendas de las dificultades e inercias que se tenían, y que las supo sobrellevar, superar; donde al final aceptó ser nuevamente candidato a la alcaldía para otro trienio más, en vísperas del éxito que obtuvo en sus primeros tres años al frente del destino del segundo municipio más cardinal de Michoacán.
Manríquez González, ocupó su segundo periodo de gobierno -de 2018, en adelante- con la esperanza de poder dar seguimiento a cada uno de aquellos proyectos y planes de gobierno que tenía como base teórica para ejercer con mayor energía en el periodo que aún no termina; sin embargo, debido a la metamorfosis política que hubo al llegar al poder ejecutivo federal el partido Morena, esos objetivos se vieron truncados esencialmente en materia económica y de recursos limitados por la Federación, hecho reconocido por el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, en cuanto a la supuesta corrupción y “moches” que imperaba por medio de los recursos etiquetados a cada uno de los municipios de la geografía nacional, en todos.
Los reclamos del alcalde Víctor Manuel Manríquez al ser limitado para su ejercicio financiero, fueron más allá de una protesta local, de papeleo, por la limitación de los recursos promovida desde la federación, a tal grado que asumió la postura de ir directamente con un grupo numeroso de homólogos a solicitar se atendiera la situación, bien fuera por medio del Congreso de la Unión o a través de las instancias correspondientes del gobierno federal; así que, el entorno no le favorecía y Uruapan solicitaba obras y servicios, ¡sus mejoras no deberían detenerse!
En tanto, el alcalde buscaba atenderlos por medio de gestiones, de acuerdos y así transcurría los meses y llegó este año, el 2020, tan complicado y más por la aparición de la pandemia, que limitaron aún más su labor para generar un mejor progreso, adelanto, reducir el problema de la inseguridad, por ejemplo; para tener un Uruapan generador de confianza e inversión, de atracción turística, de la transformación urbana en toda la geografía territorial de Uruapan que se demanda, y donde se fomente armonía y convivencia entre sus habitantes. Quizás una utopía, pero que puede materializarse.
Hoy domingo, el lozano perredista ha decidido establecer nuevos rumbos, por ahora sellar su labor al frente del rumbo que lleva Uruapan, dejar la estafeta, e incorporarse a un delicado compromiso que es exactamente conducir el timón dentro del partido de donde surgió como político, el PRD, hacia otro puerto; donde es ineludible ocuparse arduamente, hábilmente y con una visión táctica, ser ágil, ser mediador, crear la solidez y Unidad que solicita el sol azteca michoacano, para poder robustecer a una fuerza política hora debilitada, endeble, muy factiblemente por las aspiraciones personalistas que se sembraron en su interior.
Hoy Manríquez González deja de ser ejecutivo municipal. Hoy Víctor a sus 38 años, representa la esperanza para reorganizar a su partido y dar frente a las elecciones tan difíciles que se avecinan, hoy resta preguntar: Podrá mantener la gubernatura el PRD en el 2021? Y las diputaciones y alcaldías? Éste es el nuevo horizonte de lucha para un uruapense que tiene en sus manos -como dirigente- sacar adelante un pronóstico muy complicado: Mantenerse al Partido de la Revolución Democrática, como la primera posición política en Michoacán. / Editorial.

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