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Para leer en casa: “Las mujeres de Winchester”, de Tracy Chevalier

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CDMX.- El presente libro, de Doumo Editoriales, es una historia sobre la amistad, el amor y la osadía de una mujer que teje su destino.
Resumen: La joven Violet Speedwell parece inexorablemente destinada a una existencia como mujer soltera. La Gran Guerra le ha arrebatado a su prometido, como a otras mujeres que, con los soldados, han visto partir su posibilidad de contraer matrimonio.
Sólo tiene una salida: ahorrar lo suficiente para dejar la casa familiar y establecerse por su cuenta. Pronto llega a Winchester, una ciudad del sur de Inglaterra donde encuentra trabajo como mecanógrafa y el amparo de un grupo de mujeres: la comunidad de bordadoras de la catedral.
Junto a ellas aprende que, aunque la vida es efímera, los tejidos que crea con sus propias manos perduran y que, a veces, una sola hebra es suficiente para cambiar la trama de una vida.
Tracy Chevalier regresa con la historia apasionante y atemporal de una mujer en busca de libertad en la Inglaterra de los años treinta del siglo pasado.
es una novela de ficción histórica situada en la Inglaterra en los años 30, donde los protagonistas son los personajes femeninos, y que pone en el punto de mira la realidad de las llamadas “Bordadoras de Winchester” o las “mujeres sobrantes”, término que me ha llamado mucho la atención y que era cómo denominaban a las mujeres que no se habían casado llegadas a una cierta edad, algo que ocurrió en Inglaterra a consecuencia de la guerra, pues hubo mucha escasez de hombres ya que desgraciadamente muchos murieron en la contienda y otros muchos volvieron tullidos, lo que dio lugar a un “excedente de mujeres” que marcó en muchos aspectos la forma en la que se configuró la sociedad de la época.
La historia transcurre en el sur de Inglaterra durante el periodo de entre guerras. Conoceremos a Violet Speedwell, una mujer madura y valiente, que a sus treinta y ocho años se encuentra desubicada y sin las expectativas del futuro que hasta el momento había soñado. Su vida está llena de pérdidas y renuncias, desde que perdió en la guerra a su hermano y a su prometido, y poco tiempo después a su padre, hasta los años en los que tuvo que cuidar con plena dedicación a su madre, una mujer con un terrible carácter, exigente y dominante.
Su destino es casarse y tener hijos, pero se da cuenta de que sus posibilidades de contraer matrimonio (y con ello de tener un futuro) le fueron arrebatadas en la guerra. Es entonces cuando Violet decide tomar las riendas de su vida y marcharse a Winchester, un pueblo al sur de Inglaterra donde alquila una habitación en la pensión de la Sra. Harvey y consigue un trabajo como mecanógrafa para una compañía de seguros que le permite ganarse la vida.
Es en esta ciudad, en la que hay una preciosa catedral, donde nuestra protagonista se encontrará con un grupo de mujeres voluntarias, las “bordadoras”, con las que compartirá sus anhelos y preocupaciones en el día a día. Después de su trabajo, junto a ellas se dedicará a bordar cojines y reclinatorios para los puestos del coro y los asientos del presbiterio. Me ha gustado mucho descubrir esta parte de la historia que desconocía y me ha impresionado saber que cada una de ellas dejaban grabadas sus iniciales y el año en el que habían bordado los objetos para la catedral.
Trabajaban bajo la supervisión de Louisa Pesel (personaje que existió verdaderamente y que emprendió el proyecto de «las bordadoras»), una mujer amable e intuitiva que lleva por bandera ensalzar el trabajo que ellas realizan, pues considera que dejarán una huella en la historia y su artesanía prevalecerá en el tiempo.
Con respecto al amor, nuestra protagonista nos descubrirá que ha tenido discretas «amistades» con algunos hombres a los que ella llama “los jerezanos”, y seremos testigos de su relación con un hombre algo mayor que ella, campanero en la catedral, por el que sentirá una fuerte atracción y que será una de las personas que más influirá en la evolución de Violet.
El personaje de Violet Speedwell nos enseña en esta novela que, con el suficiente coraje y confianza en uno mismo, se puede romper con una familia que nos acosa y conseguir la independencia, incluso en una época en la que las mujeres lo tenían difícil para romper con los convencionalismos sociales. Violet llegará a sentirse orgullosa de haberse construido su propio futuro, de controlar su destino ejerciendo la libertad y de ser la dueña de su vida.
La novela está estructurada en 25 capítulos cortos. Los primeros capítulos de la novela transcurren de una forma un tanto monótona, con un ritmo un poco lento, pero rico en descripciones y fundamental para la ambientación de la historia, pues nos cuenta con gran detalle cómo era el trabajo de las bordadoras de la catedral, una catedral que también nos describe con gran profusión de detalles, así como por ejemplo el trabajo que desempeñaban los campaneros y otros oficiantes.
Está narrada en tercera persona, centrándose en la historia de la propia Violet y predominando la narración sobre el diálogo. La autora ha conseguido con su prosa descriptiva, tranquila y elegante trasladarnos sin ningún esfuerzo a una época en la que los contrastes entre el viejo y el nuevo pensamiento trajo consigo grandes cambios en la sociedad, y nos ha presentado a los personajes con una sensibilidad increíble, de manera que les cogeremos cariño y empatizaremos con sus emociones y sus necesidades automáticamente.
“Las mujeres de Winchester” es una novela que nos habla del amor y de la amistad, donde se reivindica la libertad y se rinde homenaje a unas mujeres que tuvieron que buscar su sitio en una sociedad herida y diezmada mientras eran miradas por ello con lástima. Un relato de amistades incondicionales y de pasiones contradictorias, con una ambientación magistral y un gran trasfondo social.

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