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Del diario de una enfermera española

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Madrid, España.- Son las 6,15 y suena el despertador, aunque llevo despierta un rato. Ha sido una mala noche. Llego al hospital y me visto con el EPI (equipo de protección) dispuesta a sudar las próximas 12 horas. Entro en el box escuchando solo mi propia respiración, y allí estas tú! Mi paciente! Entubado, dormido e indefenso. Y te llamo: ¡Pepe! ¡Buenos días! Vamos Pepe, lucha!! Con lo que tu has sido y lo que has pasado y que venga este «bicho» a fastidiarte!!! Vas a poder con él!!! Venga!!! Y le cojo la mano porque sé que su familia lo haría, y le sigo hablando porque sé que su familia lo haría.
Y de pronto, oigo una música: es tu teléfono que esta junto con tu ropa en una bolsa. Y vuelve a sonar una y otra vez. Y mientras trabajo estoy sintiendo la angustia de familiares y amigos que quieren hablar contigo, pero no tienen respuesta.
Y en mi garganta se forma un nudo que hace aún más difícil la respiración dentro del traje.
Y salgo del box y la historia se repite, exactamente igual con el siguiente paciente.
Hoy, en otro box, se han cansado de luchar y «el bicho» ha vencido. Veo a su familia que pasa para despedirse de él. Como podemos pedir a unos hijos que se despidan para siempre desde la puerta de un padre con el que hace escasos 20 días paseaban, comían, ¡reían! Inhumano.
Y aun así, se marchan dándonos las gracias. Y nuevamente el nudo en la garganta que no me deja ni soltar una palabra.
La jornada termina y de camino a casa, en la soledad de mi coche, me relajo y lloro. Lloro de tristeza, de impotencia, de frustración. ….
¡Pero oigo algo! Son aplausos, bocinas, silbidos…… de, tal vez, la familia de Pepe, que me pide que siga hablándole, cogiéndole la mano y trabajando para que salga adelante. Y me seco las lágrimas y aparece una sonrisa en mi cara.
Porque llegaré a casa, me acostaré y, a pesar de que no dormiré bien, me levantaré mañana con la esperanza de que, tal vez, sea el día en que Pepe abra los ojos y me mire.
Y entonces volveré a llorar, pero de alegría.

Luisa Ferrer Carabaca, una enfermera de UCI (Unidad de Cuidados Intensivos), Madrid, España.

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