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En 1923, muy cerca de la plaza principal conocida como Plaza “Benito Juárez”, justamente en la Calle del Beaterio número 13 (hoy Calle Corregidora), se estableció el antiguo Hotel “París”, mismo que se sumaba a los lugares de hospedaje que disponía el pueblo provinciano de Uruapan posrevolucionario, tales como son: el hotel “Progreso”, de la familia Villalobos y el hotel “América”, ambos ubicados en la primera calle de 5 de Febrero; y el hotel “España”, localizado en el portal Rafael Carrillo.
La flamante negociación, que tenía como lema “Moralidad, limpieza y precios equitativos”, fue puesta en servicio a iniciativa de la Sra. Marta Hurtado. Y al parecer la propiedad era del hombre más rico de Uruapan, don Luis Coria Campos.
Por cierto, muchos años atrás en su lugar estuvo el mesón de “San Francisco”, tal sitio ya funcionaba a finales del siglo XIX. Decir que en esta calle, a principios de 1900, había otros dos mesones: el “Del Angel” y el de “San Antonio”, mencionados en la obra biográfica sobre Cenobio Moreno, escrita por literato José Ceballos Maldonado.
Regresando al hotel “París”, durante los años 30´s del siglo XX, Luis Gamoneda Secades fue su nuevo propietario. Bajo su administración le hicieron algunas mejoras al inmueble con la idea de ofrecer un buen servicio y mejor calidad a su clientela.
En cuanto a la propiedad, era de una planta, contaba con quince amplias habitaciones, de suficiente ventilación e incluía los muebles necesarios para un digno el alojamiento.
Al mismo tiempo, ofrecía el servicio de restaurante, donde se preparaba comida típica de la región y antojitos; baños de regadera y tina gratis para el hospedaje.
Años posteriores, lo administró el regiomontano José Zertuche y su esposa, quien aparte de ayudarle atendía una tienda de ropa en el Portal Carrillo, por donde estuvieran los “Almacenes Flores”, casi esquina con Manuel Ocaranza.
El modesto Hotel “París”, a pesar de que nunca compitió con los hoteles de lujo de Uruapan, tales como el Progreso, el Europa, el Mirador (Tívoli), Mi Solar, Hernández, etc., fue muy solicitado por fuereños, agentes de ventas, gente de la Meseta Purépecha y hasta algunos arrieros que buscaban un lugar de descanso seguro, luego de dejar su recua en su mesón preferido.
Esto se debe al movimiento comercial y económico que ofrecía Uruapan en tal zona ya desde los años 30´s hasta principios de los 70´s del siglo anterior, incluso por tener frente a la estrada del París, el añejo Mercado Lázaro Cárdenas –otrora oficinas de la prefectura-, hoy Mercado de Antojitos
Como curiosidad, por no pocos años, era distintivo ver al personal del lugar de alojamiento con una cachucha llamativa color azul que al frente lucía la leyenda: “Hotel París”.
Así la historia, Zertuche se encargó por más de 15 años de su administración y después decidió irse a Guadalajara. Contaba el amigo Jesús Pulido (+) que en la capital jalisciense tuvo una casa de asistencia.
Posteriormente, el París fue regenteado por don Federico Valdés y luego por la hija de éste. En ese entonces la clientela más constante era gente de clase media de la ciudad de México, provincia y la región purépecha, no se diga de los indígenas que año con año -en temporada del Tianguis de las Ollitas- se solían hospedarse.
El París estaba a punto de terminar su época de servicio, inclusive otros hoteles ya estaban en función: el Tarasco, Oseguera, Capri, Plaza, Regis, Victoria, Alameda, etc. Ubicados como lugares con gran arraigo y clientela, ya durante la época de los años 90´s, casi concluyendo el siglo XX. Tema a tratar para otro segmento.
Hacia el año 2005, aquél modesto hotel que fuera fundado por la Sra. Hurtado dejó de ofrecer los servicios por los que se había establecido, y se convirtió en un punto “tipo bodega”, donde parte de los comerciantes ambulantes de la calle Corregidora y otras aledañas dejaban sus mercancías en cuartos habilitados para tal fin. Precisamente, en el tiempo más fuerte que había de ambulantaje sobre las calles Corregidora y Vasco de Quiroga, inclusive también los boleros dejaban sus instrumentos de trabajo.
Por cierto, como detalle, quién no recuerda -ya para entonces- a la popular carnicería que estaba al lado poniente de la entrada del París, llamada “Los Tres Cochinitos”, bastante sonada por la calidad de su carne.
Como es normal, las quejas sobre el estado físico que guardaba el hotel no se dejaron esperar, precisamente, “hoy las condiciones del inmueble son una pena y causan verdadera lástima, pues lejos de que las autoridades correspondientes (¿INAH?, municipio, etc.) buscaran alternativas para preservar y restaurar unos de los pocos sitios históricos del pueblo, tan contadísimos en nuestros días, según parece esperarán para que con el tiempo quede totalmente en ruinas”, sostenía un medio local.
Años más tarde, el gobierno del panista Antonio González Rodríguez compró el inmueble para el plan de reubicación del ambulantaje local, siendo transformado en su administración de “antiguo hotel” a Centro Comercial bajo el nombre del Primer Obispo de Michoacán: “Vasco de Quiroga”.
Se edificó en su totalidad con una inversión de 12 millones de pesos, habilitando el espacio con todos los servicios como agua, instalación eléctrica, drenaje, modernos servicios sanitarios una bella fuente, entre otros. Además, cada uno de los 108 locales cuenta con una bodega en la parte alta. Este hecho fue con el fin de reubicar a los comerciantes ambulantes de la zona, principalmente los de las calles Vasco de Quiroga y Corregidora.
Al centro comercial que opera hasta la fecha se le destinaron tres accesos: uno por la calle Constitución, otro por la Venustiano Carranza, mismos que se sumarán a los ingresos que tenía por la calle Corregidora, antes Del Beaterio.
Así concluyó la vida de otro hotel más que ha quedado en la memoria del Uruapan del ayer, el modesto Hotel París. Y despedimos esta lectura con la lírica de “La Vie En Rose”, una hermosa pieza musical interpretada por Edith Piaf:
“Quand il me prend dans ses bras, Il me parle tout bas, Je vois la vie en rose, Il me dit des mots d’amour, Des mots de tous les jours. Et ça me fait quelque chose”…
Sergio Ramos Chávez, Cronista de la Ciudad de Uruapan.
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