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CDMX.- Ninguna película me ha conmovido y sacudido tan entrañablemente en mi edad adulta. Sólo «Shadow of The Vampire» (2001) de E. Elias Merhige y «La Môme» (2007) de Olivier Dahan han provocado algo así en mí.
«Buñuel en el Laberinto de Las Tortugas». Poesía brutal. Desgarradoramente Humana. Monstruosamente Brillante. Infinitamente Poderosa…
Mi aplauso de pie al Enorme Director Salvador Simó, quien junto con el guionista Eligio R. Montero y basándose en el libro —dije «libro»— de Fermín Solís (y sospecho que tras una profundísima documentación e interpretación psicológica por parte del Director y guionista sobre los recuerdos del mismísimo Dios Buñuel filmando «Las Hurdes, tierra sin pan») lograron una Pieza Cinematográfica de tamaño infinito. Infinito, sí…
Sin haber visto la muy seguramente y ya de hecho genial «Dolor y Gloria» (2019) de Dios Almodóvar, es una vergüenza que la academia de cine española no haya propuesto a «Buñuel en el Laberinto de las Tortugas» como su candidata al Óscar —ambas películas «competían» en la terna.
Vergonzoso, de verdad. Dios Almodóvar es ya un consagrado y, a parte, no dejará de sorprendernos nunca. Pero que le hayan arrebatado la oportunidad de participar en los Óscar no a jóvenes cineastas, sino a una Película de monstruosa belleza y humanismo para así lograr su difusión y acaso consagración —casi cual acto de vil caciquismo—, me parece sinceramente criminal. La pasaron en Guadalajara en el FICG, pero creo que ni en la Cineteca Nacional, dirigida de manera deslumbrante y maravillosamente certera por el Maestro Alejandro Pelayo, exhibieron ésta película…
Como anécdota personal, me suena a una historia que viví con una película mía que «mi» «academia», hace ya varios años, desairó para el Óscar.
Adenda: búsquenla por favor en Amazon o en Ghandi, está disponible en DVD y Bluray y me acaba de informar Jordi Alonzo que está también en iTunes.
Leopoldo Laborde, cineasta mexicano.
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