-El uso del celular al momento de conducir es ya la primera causa de muerte en los accidentes viales, al sumar el 60 por ciento del total
Es necesario que todas y todos adquiramos conciencia sobre la necesidad de moderar el uso del celular y así evitar situaciones de riesgo personales y para terceros, apuntó el diputado Humberto González Villagómez, presidente de la Comisión de Seguridad y Protección Civil de la LXXIV Legislatura del Congreso del Estado.
El diputado por el Distrito de Puruándiro apuntó que el uso del teléfono móvil aumenta cuatro veces el riesgo de accidentes de tráfico, y pese a que existen normas específicas que prohíben sea utilizado cuando se está frente al volante, es una práctica común entre los automovilistas.
Conforme a los datos del Centro de Experimentación y Seguridad Vial, el legislador refirió que el uso del celular al momento de conducir es ya la primera causa de muerte en los accidentes viales, al sumar el 60 por ciento del total y con ello superar el consumo de bebidas alcohólicas.
Asimismo señaló que el Instituto de Seguridad Social y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) reporta que las fotografías denominadas selfies, así como las conversaciones de texto y las llamadas telefónicas son el principal distractor que origina accidentes viales, afectando en mayor medida a jóvenes entre 15 y 29 años de edad.
Humberto González Villanueva recordó que la Organización Mundial de la Salud ha señalado el uso del celular frente al volante como un problema que se ha potenciado en la última década en donde los jóvenes son el grupo de alto riesgo.
Agregó que la OMS, informa que el uso del teléfono celular genera distracción visual porque hace que el conductor aparte su vista del camino; distracción cognitiva, porque el conductor aparta su mente del camino; y distracción física, porque el conducto aparta sus manos del volante.
“El uso del teléfono celular puede afectar al desempeño de la conducción con respecto a una serie de tareas como incrementar el tiempo de reacción para detectar y responder a acontecimientos inesperados relacionados con la conducción; reducir de la capacidad para mantener una posición correcta en el carril; reaccionar más lentamente al frenar, con frenadas más intensas y distancias de parada más cortas; reducir la percepción del conductor de lo que ocurre a su alrededor; y calcular mal el espacio necesario en el flujo circulatorio, entre otras”, apuntó.
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