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Heladio: ¿Que cuándo dejé de amarla, me preguntas? Mmmmm, no lo sé,…ah sí …a lo mejor, supongo, cuando frente a mis amigos me obligó a comprarle una «guajolota» pues dijo que era su desayuno «épico»: ¡lo dijo teatral y frente a mis amigos!
Rogelio Matamoros: Juan, y cuál fue tu experiencia y/o apreciación cuando degustaste una «guajolota»? Digo, dudo que tu comentario de descalificación a un alimento de verdad tan «épico» tenga fundamentos en el menosprecio y el prejuicio. Podrías ser más claro?
Heladio: Carta abierta y en respuesta a Rogelio Matamoros:
Me golpeaste rudamente con tus burlas porque sientes que me falta, pueblo, calle, vagancia, por haber terminado con una Diva a quien le gustaban las guajolotas.
Mira: te voy a demostrar que estás hipersupramacroequivocado de lo que piensas.
Ahí te va el «Guajolocombo JH» que inventé:
Una vez partido por la mitad el bolillo le pones a una mitad un lecho de chilaquiles-te recuerdo que con epazote eso es sine qua non- rojos con queso estilo Cotija, a la otra mitad chilaquiles verdes también con Cotija; luego incorporas una porción generosa de tamal rojo con pollo en el lecho verde, asimismo otra porción de tamal verde con carnitas de cerdito, en el lecho rojo; coronas con un poquitín de crema y rebanaditas gruesitas de aguacate, de preferencia estilo criollo. Lo acompañas con un café de La Habana, Jekemir o El Cordobés.
Te reto Urbi et orbi, a que también le informes al planeta tierra, cómo es que tú preparas tu guajolota.
Hacemos un duelo e invitamos a los CHOPEROS a que sean los catadores de nuestras creaciones ¿qué te parece?
Por King Crimson declaró: tengo que verte morder el polvo de la derrota y claro, deberás aceptarla…
Quedas emplazado maldito difamador.
Doy fe, el día 25 de agosto del año 2019 a las 12:29 pm.
Juan Heladio Ríos Ortega
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