¿Debe el actor regalar su trabajo? Indudablemente no. Me he enterado de la enfermedad de un compañero actor y la lamentable noticia de que no puede afrontar los gastos médicos y de servicios hospitalarios.
El actor en este país no tiene seguridad social. Muchas veces el actor en su deseo de trabajar lo hace de manera gratuita. Más si se trata de un director cinematográfico con reconocimiento. Esto es fatal. Los compañeros que acceden a esto darán la ruta a productores y directores a no pagar al actor en trabajos subsecuentes. Ellos pensarán que se mueren por una oportunidad y que pagarles no es necesario.
En mi caso particular he ayudado a muchachos cineastas que están estudiando, es entendible no cobrarles. Aunque luego te llevas la decepción, que ni siquiera tienen la cortesía, los menos, por fortuna, de no invitarte a ver el corto o el trabajo en que ayudaste. Lo hice también para un largometraje, el cual me dio muchas satisfacciones. No había dinero para el actor pero si había para el catering.
Dirán los directores y productores: se tiene que comer. Pero acaso el actor no lo hace? No tiene que pagar la renta? Y largos etcéteras para cubrir sus necesidades básicas. Hoy con tristeza me entero que ciertos actores han donado su trabajo para un cineasta renombrado. Entiendo que ahora el cine tiene dificultad para lograr financiarse.
¿Pero por qué el actor debe regalar su labor? Si un plomero, un albañil hace un trabajo en mi casa, no le voy a decir: me dona su tarea? Al llegar el casero a cobrar su renta, le voy a decir: «doné mi trabajo a un talentoso cineasta, ¡ay! perdóneme el mes». El actor debe dignificar su ser cobrando su labor especializada. Y un productor, un director, aprender a valorar el trabajo de todos. Si no, no levanten su proyecto hasta tener con que pagar al actor. Decir nombres es ocioso. Es el hecho el que nos debe dar luces aclaratorias para la reflexión. ¿O debemos esperar a caer al desamparo de una enfermedad para darnos cuenta que nunca debimos regalar nuestro trabajo? Pregúntense: cuánto invirtieron en su preparación, en sus transportes, en su material de trabajo, en mantener vivas sus ilusiones una vez terminada su instrucción académica.
Muchas veces estos cineastas y productores, en su egoísmo descortés, olvidan invitar al actor que los ayudó a sus premieres. Ellos, los directores y productores, viajarán a los festivales, a los reconocimientos. Así que querido actor: haz que respeten tu ser, tu preparación, tu talento, tus años de esfuerzo, tu dignidad. Por tu bien y por los demás. Aunque eso del bien colectivo sea sólo un concepto más que olvidado. Cobra. El actor en este país, y me refiero a una generalidad, no está para ayudar, sino para que lo ayuden. Exijamos respeto respetándonos a nosotros mismos.
Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan.
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