La «infidelidad» ha sido una constante que ahora se ha develado, resulta muy fácil detectarla y exhibirla.
Bueno: pero más de fondo se encuentra la crisis de la pareja, el matrimonio y de los vínculos paterno y materno. Muchas familias se vuelven un lugar gris, conflictivo, violento.
El aburrimiento, la falta de empleo, dinero, aplanamiento cultural, son el abono para tal situación.
Hasta parece cierto eso de «el matrimonio es la tumba de las ilusiones y los proyectos»
La vida «en pareja» es uno de los mitos que se sostiene vigente sólo o, preferentemente, en la clase media. No me refiero al cariño, la solidaridad, el afecto, la comprensión entre hombres y mujeres; eso es perenne y para tal efecto, no es necesario tener vínculos tradicionales y conflictivos de permanencia.
Ahora bien, los hijos son un asunto grave, trascendente, que se ha tornado sombrío y sufriente para todos los implicados. El culturema del Amor está diluyéndose y yo, romántico trasnochado=anacrónico, lo resiento mucho ¿No me creen, verdad? Bueno, las separaciones, los divorcios, la violencia y la paternidad problemática, cada vez son más frecuentes y, nos la pasamos muy mal…-/ Juan Heladio Ríos Ortega.
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