Cada año, el Niño Dios de la casa se lleva a una misa el 2 de febrero para ser bendecido. Después de la misa, la familia regresa a casa a celebrar, típicamente con tamales, buñuelos, atole y chocolate caliente. La tradición remarca que 40 días después del nacimiento de Jesús, María y José llevaron al niño al Templo a presentarlo a los sacerdotes.
Para presentar al Niño Dios en misa, dicta la tradición que la figura debe llevar un nuevo vestuario. Estos vestuarios pueden variar ampliamente pero la mayoría son las populares. Para aquellos que siguen el compromiso 3 veces al año, la imagen es vestida de blanco para la primera vez en el año, simbolizando pureza. Este es el caso también si la imagen es presentada por primera vez
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