Y bien, ahora podríamos preguntarnos: ¿qué elementos o características debe llenar la vida política y económica de un país para que constituya razonablemente hablando, un país democrático?
El tratar de ceñir un catálogo de valores y procedimientos la realización de un concepto filosófico y político es una empresa ardua, en primer lugar porque cada sociedad es distinta, y por tanto requerirá de tratamientos diferentes o de aplicar ideas semejantes pero por caminos diversos.
También es conveniente advertir que el rol estructural que en cada sociedad juegan las fuerzas políticas y socioeconómicas es muy variado y cambia y se modifica constantemente atendiendo al influjo de numerosos factores.
De ahí que al concepto de democracia integral que hemos enunciado habríamos de agregarle un enfoque: toda democracia debe ser integral pero nacional.
Cada nación pues, de acuerdo con sus experiencias históricas, con el juego de los factores reales de poder y su desarrollo cultural, económico y social, vivirá una democracia integral y nacional si posee estas características, en las que coinciden muchos autores, enunciadas sin carácter taxativo:
1-Existencia y vigencia de libertades civiles, políticas y de derechos sociales. 2-Universalidad de la participación organizada en un sistema electoral y de partidos determinado. 3-Pluralismo ideológico y pluralismo en la composición de los órganos representativos del poder. 4-Soberanía popular confiada a la decisión mayoritaria, con responsabilidad de las minorías. 5-Sistema de poder estable, desconcentrado y renovable a plazo determinado, que se transmita pacíficamente. 6-Mecanismos abiertos para la expresión de las ideas y la formación de la opinión pública. 7-Un proyecto histórico nacional que conjugue: un sistema educativo no dogmático que propicie al mismo tiempo las convicciones nacionales y la solidaridad internacional; un sistema económico mixto en que el Estado asuma el papel de rector en la economía en la dosis y con las características que determine el pueblo; y un sistema social que propugne mejores niveles de bienestar en favor de la colectividad y la distribución equitativa del ingreso entre los diversos sectores componentes de la misma. 8-Una política exterior independiente y soberana, pero participativa en el concierto internacional, orientada a conseguir un nuevo orden político y económico. 9-Un sistema jurídico integrador de los objetivos enumerados establecido con la participación popular, en que se indiquen claramente los roles de los gobernantes y de los gobernados.
En relación con el catálogo propuesto, se podrá argumentar que tales características no se presentan con idéntica intensidad: esto es cierto, las ciencias sociales no son demostrables en rigor como teoremas de la geometría. En ocasiones se dan muy logradas y en otras no y es que como se ha venido insistiendo existen grados de democracia en cada país fruto de su tradición, historia, densidad y economía.
Con todo, lo que resulta definitivo es que dichas características han de manifestarse nítidamente aunque algunas sean más objetivas o persistentes que otras. Como se advierte, el ser y el debe ser del concepto de democracia no se constriñen a la mera abstracción.
Sus valores han ido cobrando realidad, objetivándose en normas, instituciones y conductas. Requiere de un conjunto de elementos de base que normen el método por el cual los ciudadanos decidan la orientación de su comunidad y ejerzan el control efectivo de la acción de sus representantes.
Referencia: “Rendición de Cuentas, Dilemas, Riesgos y Malentendidos”, Reynoso Angulo, México, 2013
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