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Memorias de un viajero: “This is Africa”

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Con la vista orientada al Oliphants River podemos descubrir el paso constante de antílopes (Waterbuck, Impala y Kudu, entre otros), monos que se trasladan corriendo por la orilla, saltan entre árboles y recorren las instalaciones (hay dos especies predominantes: los Baboon y los Vervet Monkeys), cocodrilos apostados en los bancos de arena, pájaros coloridos que cantan copiosamente y por supuesto, manadas de elefantes que atraviesan el río.
“Rio Dos Elefantes” es el nombre del sitio (en portugués de Mozambique), aunque podría llamarse fácilmente “Agnes in wonderland”. Resulta que en 1989 hubo una subasta de lotes de terrenos y Agnes Jansen Van Vuren (nacida en Pretoria), junto a su esposo, compró una extensión para disfrutar las vacaciones con sus hijos. Pero hace tan solo 5 años aproximadamente, decidieron convertir el sitio en un alojamiento que brinda servicios de “game drive” (recorrido en jeeps preparados para avistamientos que dura entre tres y cinco horas. Parten temprano a las cinco de la mañana o en la tarde a las cuatro, las mejores horas para ver animales) y excelente comida casera.
La zona se conoce como la reserva Balule. Se accede por la puerta Nyati de Maseke Game Reserve, a pocos kilómetros de Hoedspruit, en la provincia de Limpopo. Balule y otras reservas privadas asociadas forman parte del Parque Kruger, dado que no existen defensas separadoras entre ellas y los animales pueden circular libremente en sus tierras.
Agnes provee las instalaciones a un sitio de ensueño. Se respira fascinación y respeto por la presencia animal. “This is Africa” -me previene sobre caminar en el área-. Y al atardecer ya no se camina: los traslados son en auto aunque solo sea por una distancia de 30 metros. Destaco su simpatía y entrega. Viuda hace poco más de un año, lleva adelante las tareas con una energía envidiable. Ratifica muy convencida su decisión de vivir allí y es prácticamente la única dueña que queda en la zona. A pesar de las vicisitudes y los inconvenientes de vivir en un paraje a veces hostil, ella se siente feliz. Hay una pantalla en el establecimiento y por supuesto, sintoniza el canal Nat Geo Wild, igual que en casa. No pierdo oportunidad de estar con ella y charlar para descubrir que, además de su pasión por los animales, le encanta la música de Ennio Morricone o Vangelis.
Gracias Agnes por tanto. Esta oportunidad se sumó a mis experiencias de viaje inolvidables.

Alejandro Aguerre, uruguayo.

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