Memorias de Margo Glantz; título de la obra: YO TAMBIÉN ME ACUERDO. Libro muy esperado por mí: imaginen: una escritora infatigable sensible, talentosa quien inició su andadura por las letras en los años 60s y vio crecer el fuego, la fiesta, la aventura de las vanguardias artísticas mexicanas: privilegiadamente la literaria. Sin embargo tiene un detalle de estilo que considero un error de concepción de unas Memorias:
1. Cada pequeño texto empieza con «Me acuerdo» y como todos los párrafos son de entre dos y diez renglones, en promedio tres o cuatro, el estilo resulta hiperreiterativo y por lo tanto irritante.
2. Son sólo 383 páginas de pequeñas cápsulas de memoria, microhistoria nostalgia, dolores, regocijos sorpresas… como pasteurizadas porque no penetran al cómo de los detalles y en ello está el sabor de las Memorias.
3. Está bien que sea Margo Glantz, una gloria literaria, pero el editor bien pudo recomendar un formato menos reiterativo.
4. Resultan unas Memorias atípicamente «defectuosas»; el libro se lee de un tirón y al igual que cuando come uno, una sola nuez de la India o se bebe una Coca-cola, quieres más y más pero, en esto caso ya no hay… Juan Heladio Ríos Ortega.
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