El poblado de Nuevo Zirosto del Municipio de Uruapan fue fundado a instancias del general Lázaro Cárdenas, luego de que la erupción del Volcán Paricutín había sepultado los poblados de San Juan de las Colchas y Paricutín en lava y cenizas.
Esta población trabajadora recibió al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas el 7 de junio de 1980, durante la gira política que hiciera el heredero del Tata Cárdenas, en busca de la gubernatura del Estado.
Por su profundo contenido social, el semanario COMENTARIOS transcribió la bienvenida que ahí se le dio en voz del único superviviente que coadyuvó con el Gral. Lázaro Cárdenas, Fausto Mendoza, para la fundación de dicho poblado y a nombre de los habitantes.
Por el interés que tiene en el “L Aniversario Luctuoso del General Lázaro Cárdenas”, compartimos la intervención y el texto íntegro de aquella fecha:
“Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, la visita que usted hace a Nuevo Zirosto tiene para sus habitantes un significado especial porque este pueblo fue fundado por el Señor General Lázaro Cárdenas.
“Hace cuatro años conmemoramos en este mismo lugar el veinticinco aniversario de su fundación. Por ser yo el único superviviente de quienes intervinieron en estos hechos, es que sus habitantes me han pedido que haga esta intervención para recordar lo que para ellos significa la historia de su pueblo.
“Principiaba el año de 1948. Hacía unos meses se había creado la Comisión del Tepalcatepec. Por haber sido designado representante de la Secretaría de Agricultura ante la citada Comisión. Me presenté ante el General Lázaro Cárdenas para ponerme a sus órdenes.
“De inmediato me invitó a que lo acompañara a visitar a un pueblo de la Meseta Tarasca. Así llegamos un día de ese año a Zirosto.
“Después de Parangaricutiro y Paricutín que desaparecieron, el pueblo más castigado por los efectos del volcán fue Zirosto.
“Para él, fue la primera visita que el General en su carácter de Vocal Ejecutivo de la Comisión del Tepalcatepec hizo a un pueblo de la Sierra.
“Cuando llegamos ahí, el panorama era desolador. Los árboles secos, los animales domésticos casi desaparecieron, las calles cubiertas hasta con un metro de arena. Los techos hundidos, las tierras de labor totalmente inutilizadas cubiertas de arena y ceniza, pero sus habitantes ahí permanecían, en condiciones inimaginables, todos con los ojos generando, principalmente los niños por la acción de las arenas, los escasos alimentos que había que llevar de fuera, de mezclaban con las cenizas.
“Los hombres jóvenes salían a vender su fuerza de trabajo en el raquítico medio circunvecino, para llevar algo de maíz para su familia. Todo era adverso y sin embargo, esos hombres ahí estaban. Sería difícil contestar qué esperaban.
“Como siempre sucedía en todas las partes, inmediatamente de la llegada del General se reunió todo el pueblo. Comenzó la exposición interminable de sus problemas; se veía la angustia del General por encontrar una salida a la situación.
“Por lo pronto se dispuso la adquisición de algunas toneladas de maíz para la subsistencia de la población. Cuando fui comisionado para hacer la distribución y tuve que pasar algunos días en la población, experimenté en carne propia la tragedia y admiré el estoicismo de aquél pueblo.
“Se buscó encontrar algún recurso que ayudara a la subsistencia del pueblo, pero las tierras agrícolas estaban inutilizadas y la arena seguía cayendo. La madera inexplicablemente por esos misterios burocráticos, se había dejado perder, millares de árboles sepultados por la arena, los pinos no resistieron y estaban inservibles, solamente el oyamel aunque muy dañado había podido sobrevivir. Sobre esa raquítica base se principió a trabajar, se logró que las fábricas de papel compraran la leña, pese al esfuerzo y costo que esto significaba, pero se creó una fuente de trabajo y fueron los habitantes de este pueblo, que con su trabajo inaudito desenterraron los árboles, buscaron la forma de bajarlos de los cerros y salvar algo de aquel desastre, lo cual les permitió subsistir y generar recursos que les ayudarán a cambiar la situación.
“De ahí la sugerencia del General de cambiar el pueblo a unos cuantos kilómetros, aquí en Barranca Seca, donde la acción de las arenas ya no llegaban.
“La idea fue rechazada en su primer planteamiento. El General con paciencia y cariño, siguió insistiendo durante más de dos años, por fin la noche del 12 de Octubre de 1951, después de una interminable asamblea, alumbra dos con rústicos aparatos de petróleo y hochones de ocote, se tomó el acuerdo del cambio del pueblo.
“Recuerdo todavía que precisamente ese día, en un cine de la Ciudad de México, en la convención del Partido Revolucionario Institucional para designar candidato a la Presidencia de la República, el orador del partido, Ing. José López Bermúdez, al hacer mención y elogiar a los Ex-Presidentes de la República, omitió el nombre del General Cárdenas, lo que motivó una enérgica protesta y que la Asamblea le tributara una estruendosa aclamación.
“Cuando en medio de la lluvia y por pésimos caminos regresábamos a Uruapan, su chofer José Ríos, que manejaba la camioneta, prendió el aparato de radio para escuchar las noticias, principiamos a oír los comentarios sobre el acto y se exaltaba la figura de Cárdenas, este discretamente apagó el aparato, nos dejó a medias con la noticia y se puso a comentar sobre las necesidades, los proyectos, las perspectivas del nuevo pueblo, Zirosto.
“Así era la grandeza de este hombre. Mientras en la Capital se celebraba una Asamblea partidista con música, fanfarrias y banquete, él celebraba otra, en el más humilde de los pueblos, con los más pobres de los mexicanos, sin luz y casi sin comida, porque aquella noche los hijos de Zirosto sólo pudieron ofrecerle un humilde refresco.
“De esa noche memorable fin de un día de fatigas y afanes, pues en la mañana habíamos estado en San Felipe de los Herreros, en la página 445 del Tomo Segundo de sus apuntes, correspondiente a 1951, aparece esta escueta referencia: “12 de Octubre Uruapan. Con el Ing. Báez y el señor Mendoza, visité hoy San Felipe de los Herreros y Zirosto”.
“Posteriormente en la página 448 aparece: “Uruapan, 25 de Noviembre. En Barranca Seca se le señalaba al ingeniero Cervantes los terrenos en los que debe trazarse la nueva población de Zirosto”.
Esa es toda la referencia que hace a la obra realizada en este pueblo, con esa sencillez y modestia.
Fuente: “Comentarios”, el semanario de usted”, Uruapan, 15 de junio de 1980.
Selección de texto, Sergio Ramos Chávez. Cronista de la Ciudad de Uruapan.
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